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Bicicleta de montaña, ¿doble o rígida?

QUANARIAN---BICICLETA

Las bicicletas de montaña se hicieron famosas en 1970 en California, cuando Joe Breeze y Gary Fisher se tiraban por las laderas con unas bicicletas que ellos mismos habían modificado.

A partir de ahí, estas bicicletas comenzaron a perfeccionarse hasta que entró en “juego” una de sus características más fundamentales: la suspensión. Este aspecto ha ido también evolucionando a gran velocidad, dónde al principio eran unas simples horquillas de elastómeros que se llenaban de aire y que funcionaron bastante bien.

A partir de ahí, el desarrollo pasaba por hacer lo mismo en la rueda trasera, dando lugar a las softails y las suspensiones articuladas. Hoy en día, la mayoría de las marcas tienen amplias gamas tanto en bicicletas rígidas, semi – rígidas o en las de doble suspensión.

Bicicletas de doble suspensión

Estas bicicletas destacan por su mayor comodidad. Los terrenos irregulares generan vibraciones que se trasladan al ciclista, y esto durante cinco o seis horas de ruta, acaba siendo una gran molestia.

De manera que una adecuada suspensión podrá reducir las filtraciones que el propio terreno experimenta, haciendo mucho más cómoda la experiencia de montar en bicicleta. Luego hay que sumar que la sensación de descanso físico será mayor al terminar la ruta. Para los trayectos largos por pistas, senderos y zonas sin asfaltar, lo aconsejable es utilizar bicicleta de montaña de doble suspensión.

Aclarar también que las de doble suspensión suelen pesar más y en subidas pedirán un mayor sacrificio, pero también ahorran muchos golpes que suelen afectar a la espalda, lo que se traduce en un menor dolor para el ciclista, siendo unas bicicletas muy aconsejable para quienes tienen dolores de espalda.

Sobresalen también por ser bicis con mayor estabilidad, siendo gran responsable de aquello la geometría del cuadro, que a diferencia de las rígidas que cuentan con unos ángulos más verticales y agresivos, las de doble suspensión no suelen superar los 69 grados en el ángulo de dirección, lo que añadido a una mayor longitud de las vainas, aporta un mayor equilibrio a la bicicleta. Al comprimirse el amortiguador, aumenta el recorrido entre los ejes de las ruedas, y a más longitud de éstos, más estable es la bici.

Y lo más divertido es que con las de doble suspensión, puedes tirarte por tramos de piedras llenos de aventura, contando con que el amortiguador se trague el golpe que la rueda trasera pueda sufrir al caer sobre dichos pedruscos. Esta puede ser la diferencia entre seguir o tener que bajarse de la bicicleta.

Bicicletas rígidas

Hay un factor que juega un papel muy importante en todos los ciclistas y es el peso. En este sentido, las bicicletas rígidas son más livianas que una doble, ya que no cuenta con todo el sistema de amortiguación trasero, que incluye el triángulo trasero, las bieletas, el amortiguador y la tornillería. Todas estas piezas pueden pesar más de un kilo.

A tener en cuenta también está la rigidez, al pedalear sobre una rígida la fuerza de la pedalada se centra en el pedalier, de manera que entre dicho pedalier y el sillón, lo único que encontramos es una barra recta y sólida, consiguiendo transmitir casi toda la fuerza de la pedalada, provocando un mayor empuje.

Al mismo tiempo, las bicicletas rígidas son más simples, ya que al contar con un cuadro rígido, son cuatro o cinco tubos soldados entre sí los que forman una pieza única. Esto conlleva menos partes complejas y accesorios susceptibles de ser reparadas por el simple uso.

También es de subrayar que las bicicletas rígidas son más baratas, al no tener amortiguador, se consigue un ahorro de costes importante.

En todo caso, no estamos en disposición de decir que una bicicleta sea mejor que la otra, como hemos visto, cada tipo de suspensión tiene sus ventajas y desventajas.

 

 

 

 

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